El desarrollo web es el proceso de crear, diseñar y mantener sitios y aplicaciones web que funcionan en internet. Implica una combinación de habilidades técnicas y creativas, como la programación, el diseño de interfaces y la gestión de bases de datos, para construir plataformas accesibles a través de navegadores web. Se divide principalmente en dos áreas: el desarrollo frontend (lo que el usuario ve y con lo que interactúa, como el diseño y la interfaz) y el desarrollo backend (la lógica detrás del sitio, como servidores, bases de datos y la gestión de datos).
Es importante por varias razones. Primero, en un mundo cada vez más digital, los sitios web son la cara principal de empresas, organizaciones e individuos, sirviendo como herramienta de comunicación, comercio o difusión de información. Segundo, permite a las empresas llegar a una audiencia global de manera instantánea y eficiente, algo imposible con medios tradicionales. Tercero, impulsa la economía digital: desde tiendas en línea hasta servicios bajo demanda, el desarrollo web es la base de muchas innovaciones actuales. Además, con el auge de la conectividad móvil, un buen desarrollo web asegura que las experiencias sean accesibles y optimizadas para cualquier dispositivo, lo que mejora la interacción y la satisfacción del usuario.
En resumen, el desarrollo web no solo facilita la presencia en línea, sino que también es un motor clave para la interacción, el comercio y la innovación en la era digital.